viernes, 12 de agosto de 2011

Destino Yangshuo

Hoy abandono Shanghai y parece que el cielo llora mi marcha. 
Una tormenta espectacular llena el firmamento de relámpagos, los grillos enmudecen asustados por el retumbar de espectaculares truenos y una cortina de agua anega las calles de mi querida Shanghai.
A las 12:30 horas me recogen en el lobby del hotel para conducirme al Aeropuerto de Hongqiao.

Aeropuerto de Hongqiao
Hora de Embarque: 14:05 horas
Puerta de Embarque: 74
Vuelo: CZ3252
Compañía Aérea: China Southern Airlines
Hora de Despegue: 14:35 horas
Asiento: 34 C (como no había sitio en Clase Turista, me han colocado en Turista Premium)
Destino: Guilin

Si consultas cualquier agencia de viajes o cualquier tour de mayorista que se centre en esta región de China, te ofrecerá un recorrido que te llevará a la ciudad de Guilin. Esto se debe a que, es aquí donde se encuentra el aeropuerto más cercano de la zona pero, no te equivoques, no es aquí donde tu quieres estar, no es aquí donde se encuentran los maravillosos paisajes naturales que te venden en catálogos y revistas. Ese paraíso natural se encuentra en una cercana población llamada Yangshuo a la que se llega por carretera desde la ciudad de Guilin.

A mi llegada al aeropuerto, lo primero que encuentro es un mostrador de información en el que me proporcionan la ayuda que necesito para llegar a mi destino. Me convencen para que no coja un taxi que, según dicen, me va a resultar muy caro. La alternativa es un autobús de línea que resulta mucho más económico.
Ya en este mismo mostrador, contrato un paseo por el Río Li en barca de troncos de bambú. La experiencia me cuesta 300 yuanes (unos 35 euros). Os recomiendo que no os precipiteis tanto como yo lo he hecho. En el mismo Yangshuo y regateando, os encontrareis con opciones mucho más económicas e igualmente atractivas.

Mi desplazamiento del aeropuerto de Guilin a Yangshuo no es sencilla. 
Un autobús (20 yuanes = 2,5 euros) me lleva al centro de Guilin y desde allí, debo coger un taxi (20 yuanes = 2,5 euros), que comparto con un matrimonio estadounidense y que me lleva hasta la estación de autobuses de la ciudad. El billete de autobús me cuesta 18 yuanes = 2 euros. Un recorrido de hora y media de duración que me lleva hasta la estación de autobuses de Yangshuo donde, un último taxi (15 yuanes = 1,8 euros) me lleva hasta el hotel. 
He invertido unos 8 euros en hacer el traslado del aeropuerto de Guilin a la puerta del hotel en Yangshuo. Francamente es barato pero, para mi vuelta gastaré los 20 o 30 euros que cuesta un taxi y me evitaré tanto ir y venir.

A las 21:30 horas y después de todo un día viajando, llego al Hotel Yangshuo Tangrenjie (el nombre occidental es; Hotel Chinatown). Las instalaciones del hotel son antiguas y el personal no habla nada de inglés pero, suplen sus carencias con una amabilidad extrema.

La ubicación es cercana al río y muy próxima a la calle peatonal que concentra comercios y restaurantes. Son pocos los escritos existentes sobre Yangshuo
Sorprende lo poco que se menciona en guías de viajes o en internet  sobre este bello lugar.

Tras instalarme en el hotel salgo a pasear por la ciudad con la intención de cenar algo. 
A la luz de la luna contemplo la ribera del Río Li y sus orillas habitadas por pequeñas y rudimentarias embarcaciones. 
Echo  un vistazo a mi alrededor y, como enormes colosos, se alzan por encima de mi cabeza las espectaculares montañas que salpican el paisaje de la región y que tanto han inspirado a pintores, escritores, y un sinfín de artistas locales y de todo el mundo. 
Imponentes obeliscos que se elevan, entre amenazadores y protectores, y que la iluminación artificial instalada en las faldas de cada uno de ellos, les proporciona un aspecto fantasmagorico.


Sin buscarla y casi sin querer, llego a la Calle Xi Jie que se encuentra muy próxima a mi hotel.
Ordas de chinos llenan la calle en forma de mareas humanas que todo lo llenan. 
Multitud de restaurantes, tiendas e incluso pubs se suceden en una calle peatonal repleta de turistas locales. 


La calle es una locura y el ambiente que se respira es sorprendente. Vendedores ambulantes se mezclan entre la muchedumbre lanzando al aire juguetes luminosos, ofreciendo frutas exóticas, flautas artesanas o proponiendo excursiones en motocicleta o bici.


Pubs de estridente y moderna música china llaman la atención de los transeúntes con su escándalo y con el reclamo de sus relaciones públicas. Chicas y chicos vestidos de azafatas de vuelo, marineros o vistiendo trajes tradicionales incitan a entrar y presenciar la actuación de gogo's, cantantes y bailarinas.
Multitud de sudorosos jóvenes bailan frenéticos luciendo sus atuendos más actuales y exhibiendo sus mejores pasos de baile.


En el primer piso de un restaurante, una terraza al aire libre me permite contemplar la actividad de la calle mientras pruebo las especialidades gastronómicas de la región y decido cual va a ser mi planificación para mañana.




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