domingo, 2 de octubre de 2011

Checkpoint Charlie

Solo me quedan dos días en Berlín y para no dejar de visitar ninguno de los más importantes lugares de la ciudad me encaramo en uno de los muchos buses turísticos que recorren la ciudad.
El autobús me lleva a lugares ya visitados como el Berliner Dom, el Reichstag y la Brandenburger Tor pero me permite llegar también, a otros muchos que quedaban pendientes en mi lista de visitas obligadas.

En el recorrido puedo fotografiar el Siegessäule, una gran columna de la victoria que Wim Wenders inmortalizó en su película El Cielo sobre Berlín.
También recorro Charlottenburg, una de las zonas comerciales más elegantes y distinguidas de la ciudad. Las primeras marcas y diseñadores se dan cita en esta enorme avenida llena de glamour, estilo y modernidad.



A poca distancia de aquí abandono el autobús para visitar a pie la zona del Checkpoint Charlie, el lugar de mayor tensión durante la guerra fría en la frontera de las dos alemanias. Soviéticos y Estadounidenses mirándose cara a cara, apuntando sus tanques el uno contra el otro y esperando el primer movimiento amenazador que provocara el principio de una 3ª Guerra Mundial que nunca llego a iniciarse.
Aun hoy, se homenajea y recuerda aquel lugar donde curiosos y turistas acuden a fotografiarse en el que podría haber sido el, tan temido, inicio del fin.

Cerca del Checkpoint Charlie se encuentra el lugar en el que, durante la época nazi, se ubicaban las instalaciones de la Gestapo y las SS. Allí se encontraban los calabozos donde se encerraban a los presos de la temida Gestapo y donde se instalaron los despachos en los que se decidía el futuro de cientos y miles de personas.
Nada queda de todo aquello pero, si que se conserva el recuerdo con un monumento llamado La Topografía del Terror. Allí aun pueden visitarse los restos de los calabozos en los que se practicaban los arrestos, pero de los edificios no queda nada en pie.
Justo frente a La Topografía del Terror se encuentra un gran tramo del antiguo Muro de Berlín, protegido para evitar que la gente continúe llevándose trozos que puedan ser vendidos después como souvenires.


Antes de que termine el día visito la Neue Synagoge. Se trata de la única sinagoga judía que se salvó de lo que fue el inicio del holocausto judío con la famosa Noche de los Cristales Rotos. Enormes cúpulas brillantes relucen con el sol del atardecer.


Hoy comienza la Oktoberfest en Berlín y, por casualidad, me veo inmerso en mitad de la fiesta. Sin saber como, he llegado a la parte trasera de Alexanderplatz, donde se celebra una de las más importantes fiestas de la ciudad. Multitud de casetas tradicionales ofrecen productos de artesanía y gastronomía típicos del país.


En el centro, un enorme escenario se convierte en centro de atención dando  protagonismo a un reducido pero animado grupo de música tradicional que ameniza la velada. Filas y filas de mesas y bancos agrupan a decenas de personas que beben, comen, ríen y disfrutan de la fiesta. Salchichas y cerveza son la excusa perfecta para reunirse y compartir estas fechas con familia o amigos.

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